Juegos mentales
Ocurre muy a menudo un juego mental de la triada víctima-victimario-rescatador: personas que practican la manipulación en su día a día como solución a sus situaciones de interacción.
Ejemplificamos con el siguiente caso :
Una primera persona que, sin que le sea solicitado, ofrece algo y se compromete a ello dando la situación por hecho. Pero llegado el momento no cumple con lo que se comprometió, además culpa al otro u otros de haberlo coaccionado a aceptar algo que no quería y que incluso entorpece sus actividades, generando un costo que no tenía contemplado; convirtiendo al otro en el sujeto desconsiderado y necio que no se da cuenta de "que está forzando a las personas a situaciones inconvenientes en su responsable e importante mundo" .
Vaya embrollo ¿verdad? Sin embargo, es muy clara la estrategia del primer individuo para manipular culpando a los demás y así salir airoso de la situación.Lo más importante es que el individuo cree que es verdad todo lo anterior, mientras los involucrados se quedan con un sentimiento de confusión y hasta frustración por no entender cuál fue la verdad de lo ocurrido.
Energéticamente hay un vampirismo impresionante del cual este primer individuo se alimenta. Aunque el término "vampiro emocional" no tiene un manual de diagnóstico, es fácil identificarlo porque aquí no ocurre un intercambio sano de emociones, más bien ocurre de manera unilateral. No existe reciprocidad saludable y sí una sensación de vacío e invalidación que genera una merma importante en la autoestima del individuo utilizado para tal robo de energía.
El vampirismo emocional puede tomar distintas formas, pero lo más importante siempre es que este comportamiento se apoya mucho en nuestras neuronas espejo, que nos llevan a ser sensibles y receptores desde la empatía; ya que el primer sujeto estará haciéndose pasar por víctima, de tal manera que el otro -sin darse cuenta de la carga negativa a la que está siendo sometido- entrará en el juego de ser el supuesto rescatador.
La mayoría de los seres humanos, en alguno o varios momentos de nuestra vida, hemos desplegado esta conducta de VÍCTIMA-VICTIMARIO-RESCATADOR y/o cualquier otra de las estrategias de vampirismo energético.
En el ejemplo anterior podemos ver cómo, sin darnos cuenta, nos involucramos en esta nefasta triada, por lo que es recomendable estar presentes en el aquí y así evitar caer en estos juegos desgastantes de yo gano, tú pierdes. Además de trabajar intensamente en la autoestima personal.
No eres más inteligente al someter a los demás, pero si se evidencia el miedo que le tienes a la vida.
Norma Lorenza García Medina

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