Desalentador o inspirador

El punto de inflexión donde es sumamente necesario elegir si continuar en un mismo camino o cambiar de estrategia de vida. La pregunta original debería ser si esta situación me desalienta o si puedo encontrar en ella inspiración para hacer las modificaciones necesarias y así continuar ya renovado.

Si nos damos cuenta, aunque el desaliento y la inspiración parecen posiciones opuestas, en realidad son lo mismo. Mi madre decía que trabajaba más alguien que hacía las cosas mal, que aquel que las hacía bien, entonces me quedó más que clara esta sentencia que me ha acompañado como filosofía de vida aplicable en diferentes situaciones.

Esta decisión es crucial en la propuesta de vida que cada uno tendrá para ofrecer al mundo, y de ahí se deriva justo la visión a futuro de cada ser humano.


El desaliento es un espacio de rendición ante los eventos que consideramos injustos y donde no vemos posibilidades y el abandono toma lugar; es una especie de repliegue emocional donde la apatía es la mejor respuesta.


La inspiración  es un impulso creador que permite transformar todo aquello que sea el foco de atención, aunque la fuente no necesariamente sea positiva. Es justo esta fuerza interna que reconoce que el individuo sí puede crear y hacer cambios como su propuesta de vida. 


La vida ya está dada y tiene una forma que no necesariamente es una fórmula. Desde la mirada de cada individuo se empobrece o se enriquece. Trabajar en la inspiración es desarrollar elementos creativos que en la mayoría de las veces facilitarán el camino del individuo que tiene el potencial de crear atmósferas dignas y hasta placenteras, para así hacer de la vida un mejor lugar. 

 

No permitas que lo que ves te desaliente y aprende a ver, oír y sentir desde la inspiración.


Norma Lorenza García Medina





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