Una luz en el camino

Hablar de muerte es hablar de amor, es hablar del amor perdido. Es volver al pasado y revivir cada instante compartido, cada aroma de un cuerpo conocido.


Hablar de muerte es el espacio único en que de golpe se abren las puertas de la conciencia y la mirada puede tocar todo lo que ya se ha ido.


Es una olla de comida esperando amorosa para los seres queridos, una mano que acaricia, una palabra que convence, es una vida que florece y un recuerdo que termina.


Se dice que para ir hacia adelante, primero hay que cruzar la frontera del ayer. Solo la muerte de un ser amado nos toca las fibras más sensibles del ser.


Hablar de la muerte es partir de una pérdida que nos duele hasta el alma. Ese dolor nos impide abrir el corazón y dar una despedida agradecida y amorosa para luego continuar con lo vivido siendo aún una mejor persona. 


Es darnos cuenta de que fuimos sembrados con amor y que es tiempo de recoger la cosecha que se ha multiplicado por el cariño y el tiempo invertido. Es que ha llegado el momento de reconocer que no hay pérdida ninguna, solo amor que permanece sobre todo.


Hablar de la muerte es mantener el corazón abierto y mirar una luz en el  camino. 


Norma Lorenza García Medina






Comentarios

Entradas populares de este blog

"Te amo" porque me eres útil

Agradecer lo que fue

Impulsos desde la ingenuidad o la irresponsabilidad disfrazada de ¿inocencia?