Prevención del suicidio
Es importante crear conciencia acerca del suicidio con el propósito de fomentar medidas prácticas para prevenir una tragedia.
La conducta suicida es un tema multifactorial donde intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales. El suicidio es un acto donde un individuo se provoca la muerte debido a trastornos mentales y emocionales, como la depresión, la ansiedad, adicciones, divorcios, problemas económicos, laborales y demás pérdidas.
Es importante eliminar los mitos que acompañan a este tema, como que las personas que amenazan con quitarse la vida solo quieren atención y que en realidad no lo harán. Aun si ese fuera el caso, es necesario prestar atención como parte del apoyo que la persona requiere y también buscar apoyo profesional.
El primer paso es dejar de negar que exista la posibilidad de que alguien en nuestro entorno pueda quitarse la vida. Hablar sobre suicidio debe dejar de ser un tabú; abrir el tema en nuestras familias y con amigos será un gran paso para apoyar en caso de que alguien cercano esté presentando ideaciones suicidas, para que pueda comunicar con integridad lo que le está ocurriendo y sea posible recibir la contención necesaria para restablecer su equilibrio.
En pocas ocasiones el suicidio es un acto impulsivo, la más de las veces es un acto que se ha premeditado por mucho tiempo. Aunque la ideación suicida puede ser descartada por momentos, siempre estará latente hasta que no sea resuelta la situación o condición que propicia ese estado.
Si la ideación suicida tiene como fundamento la frustración o impotencia por alguna causa insatisfactoria, en realidad la persona no quiere morir, sino que su problema acabe (muera). Al no encontrar la forma de soluciones porque se sienta sobrepasado por los eventos, intentará evitar tomando decisiones irreversibles al encontrarse en la oscuridad de pensamientos negativos donde no se encuentra ningún otro sentido de vida.
Los niños y adolescentes también se suicidan, de tal forma que es necesario estar atentos a cambios de humor y o de comportamientos. La ideación suicida va acompañada de autolesiones y agresividad. Las causas pueden ser violencia intrafamiliar, abusos de cualquier índole, bullying, estrés académico e incluso trastornos mentales. La depresión infantil y juvenil existe y requiere de tratamiento médico y apoyo de profesionales de la salud mental.
En los adolescentes (propio de su edad) se presenta un detonante más: el escaso control de impulsos, lo cual puede ser sumamente perturbador. La contención amorosa acompañada de una comunicación franca y exenta de violencia de los adultos, será lo que haga la diferencia de vida; además y muy importante, buscar apoyo profesional.
Los adultos mayores mantienen la ideación suicida en una escala superior por depresión causada por enfermedades crónico-degenerativas, violencia intrafamiliar, rechazo, soledad, falta de incentivos, sentirse inútiles, abusos, adicciones, trastornos mentales y condiciones precarias varias. Las buenas relaciones con los miembros de su familia o comunidad marcarán una diferencia positiva en el estado anímico.
Como nos damos cuenta, nadie está exento de pasar por momentos álgidos que causan trastornos postrauma que es necesario atender y resolver. Hombres, mujeres, niños, adolescentes y adultos mayores pueden estar viviendo situaciones que los hacen vulnerables y tomar salidas equivocadas.
Fomentar de manera saludable la autoestima de todo ser humano y proveer espacios de apoyo integral, así como crear relaciones personales sólidas, creencias y prácticas espirituales además de espacios seguros y de bienestar es definitivamente un aliciente para la salud mental y emocional del individuo, así como promover la información sobre el tema en las diferentes instancias. Seamos conscientes, seamos parte de la prevención.
Norma Lorenza García Medina
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