Acerca del silencio
El silencio no significa sí ni no, es silencio.
Cuando elegimos el silencio en cualquiera de nuestras relaciones usualmente lo hacemos con la finalidad de evadir la responsabilidad que conlleva decidir sobre cualquier situación. No me malinterpreten, el silencio también es nuestro derecho, siempre y cuando anunciemos la necesidad de este, que lo tomaremos por un tiempo y después seamos nosotros quienes volvamos para retomar la conversación.
Cuando no se trata de este caso, la gente usa el silencio como si funcionara como un conjuro que detiene el tiempo, sus pendientes sin resolver; un conjuro que anula por tiempo indefinido los compromisos con los demás o que da licencia para pasar por alto la confianza que han depositado quienes cuentan con ellos.
El silencio, que parece una pausa para no decidir, es en sí mismo una decisión: la de no responsabilizarnos de cualquier elección que hagamos y dejar al otro en la incertidumbre, deliberadamente.
Luz Guerrero
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