La Inventada
Y de pronto me doy cuenta de que soy nada más que una cuestión de sobrevivencia y que en mis más locos "trips" me inventé un personaje hecho a la medida de mis carencias. Y no paré de decir "Yo soy tal y cual", todo aquello con lo que adjunté mis creencias de lo que era SER. Me dijeron que si no era tal o cual, no existía y lo creí con esa fe ciega que sólo debería tener en Dios. Repetí una, otra y mil veces la misma narrativa que me vendieron y que yo compré de lo que tenía que ser, y pretendí que todos vieran lo mismo. Si no era así, entonces me enojaba que vieran algo diferente a mi cuento, que es un disfraz hecho a la medida de mi entendimiento que, por cierto, ni yo entiendo, paradójicamente. ¡Qué rabia que lo que yo intento ocultar, esté tan a la vista de los demás! Hasta que un día me inundó el síndrome de "La Inventada", y aunque ya antes lo había padecido, esta vez se instaló como uno de esos males destructores. Y ahí empieza la dismorfia que me l...